Dicen que «excusatio non petita, accusatio manifesta«… Quizás sea verdad; entonces me adelantaré y me acusaré de ser una informal, de faltar a nuestra cita semanal y de hacerlo sin ni siquiera avisar (¡la verdad es que suena peor cuando lo escribes!).
Ya lo he hecho, me he acusado, así que ahora ya puedo excusarme; diré que este principio de curso está siendo de locos, que el caos reina en mi vida, que con dos retoños en Educación Infantil y con unos períodos de adaptación capaces de boicotear cualquier amago de iniciativa bienintencionada, me he sentido incapaz de terminar nada de lo empezado, que los cambios de los niños se han mezclado con los cambios de este blog, que todo ello ha coincidido con los preparativos del segundo aniversario de Sweet & Home, que las cosas no siempre salen como y cuando a una le gustaría, que por razones laborales de lunes a viernes soy la única persona adulta de la casa, que cuando te descuidas ya ha volado otra semana, que por qué los días sólo tendrán veinticuatro horas, que tantas y tantas cosas (y ninguna de ellas importante)… Y ¿qué voy a hacer yo si, aun queriendo, no he podido cumplir mis horarios? Pues excusarme, acusarme y cruzar los dedos para que esta transición hacia la rutina sea lo más llevadera y rápida posible. Espero que me acompañéis en este proceso y ya de paso os invito a que estéis especialmente atentos a la próxima publicación, a la que espero no faltar… eso si los períodos de adaptación no se alargan, si a las horas del día no les da por encoger y si los elementos no se alían en mi contra. Si nada de eso ocurre, habrá fiesta.
INGREDIENTES:
-180 gr de mantequilla
-200 gr de azúcar glas
-160 gr de almendra molida
-60 gr de harina
-180 gr de claras de huevo a temperatura ambiente
-Frutos rojos (1, 2 ó 3 por pastelito)
-En un cazo pequeño fundimos la mantequilla a fuego medio y dejamos que coja un poquito de color sin que se llegue a quemar. Retiramos y vertemos en un bol.
-Precalentamos el horno a 230 grados.
-Tamizamos el azúcar glas, la harina y la almendra molida.
-Añadimos las claras (sin montar) y la mantequilla caliente.
-Con ayuda de una manga pastelera vertemos la mezcla en los moldes (previamente engrasados), llenándolos hasta la mitad.
-Depositamos en el centro el/los fruto/s rojos.
-Horneamos durante 6 minutos.
-Bajamos la temperatura del horno a 200 grados y horneamos otros 6 minutos más.
-Apagamos el horno y dejamos otros 6 minutos dentro.
-Desmoldamos al sacarlos del horno y los dejamos enfriar sobre una rejilla.
-Estos pastelitos se conservan bien hasta una semana en un bote hermético.
-Fuente: La Cuisine de Marcotte.
Me encantan las recetas francesas; de alguna manera siempre suponen un reto para mí. ¿Os acordáis de los macarons? Yo todavía no he podido olvidarlos…
¡Que tengáis una muy feliz semana!!!